Periódico La Jornada
Viernes 3 de octubre de 2014, p.42
Arturo Sánchez Jiménez
Reestructuración neoliberal, causa de la crisis en el IPN, considera
analista
Han
sido 15 años de degradación que dañan el proyecto fundacional de la institución
Afirma
que la lucha estudiantil se acerca a una encrucijada, pues es urgente la
autonomía
Las
movilizaciones de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han sido
espontáneas, pero no casuales. Se deben a una serie de degradaciones que
durante la década y media pasada han sucedido en esta casa de estudios, tanto
en lo académico como en las formas de organización política de su comunidad,
que fueron colmadas cuando se aprobó la reforma al reglamento interno.
"No
es una simple modificación de artículos, es cambiar el sentido al instituto y
traicionar su proyecto fundacional"; aseguró Erika Celestino, profesora de
la Escuela Superior de Economía del Politécnico, quien ha realizado un análisis
de estos cambios.
"Desde
hace unos 15 años hay un choque de proyectos en el IPN: por una parte, está el
nacionalista fundacional, por otra, una restructuración neoliberal",
explicó en entrevista.
Los
cinco ejes
Esta
restructuración, consideró, tiene cinco ejes: la reducción de los costos por
alumno, la restricción de los derechos políticos en la institución y de los
mecanismos de expresión, la precarización de las condiciones laborales de los
docentes, la apertura de la infraestructura y recursos del Poli a la iniciativa
privada y la eliminación de los candados que exigían que los directivos de la
institución hubieran realizado estudios en ella.
Sobre
la reducción de los costos por alumno, explicó que se ve reflejada en la
disminución de la duración de las carreras y en la modificación de los planes y
programas de estudio. "Las carreras dejan de ser de diez semestres para ir
pasando paulatinamente a nueve y se empobrecen los planes de estudios". A
esto hay que sumar la puesta en marcha de las llamadas salidas laterales, que
son las opciones que ofrece el instituto para los alumnos que no terminan sus
estudios, quienes pueden optar, por ejemplo, por un título de técnico superior.
"Pareciera que el instituto se pone buena onda, pero al final esto
estimula que los alumnos se vayan, pues se empuja a que tomen esa salida. No
existe un sistema de becas digno que los estimule a seguir en la escuela cuando
tienen problemas económicos y se han reducido las oportunidades para que los
estudiantes puedan aprobar materias".
La
reducción de los planes de estudio implica, dijo, el empobrecimiento de las
carreras. "Una cosa es que consigas un título de técnico y otra que ese
título se acompañe de capacidad y preparación de calidad".
La
segunda coordenada es que el reglamento quita derechos cívicos y políticos a
los estudiantes, lo que para Celestino va en contra de la Constitución y la
libertad de expresión. "En el reglamento de 1998 se quitó a los alumnos de
primer año el derecho a votar y ser votados como representantes estudiantiles
en los consejos técnicos consultivos escolares. La actual reforma es más
agresiva, pues en el artículo 178 del nuevo reglamento interno se elimina a los
consejeros de segundo año".
Además,
el artículo 56 de la reforma señala, entre otras cosas, que "será causa de
responsabilidad" para los alumnos utilizar para fines distintos a los
académicos y sin autorización previa los símbolos de el IPN, y que no podrán
impedir ejercicio de actividades a los miembros de la comunidad politécnica o
el uso de instalaciones. Y en el artículo 79 hay restricciones similares a los
docentes.
"Estamos
hablando de que la oportunidad de disentir es sancionada en este reglamento. En
las marchas se usan los símbolos del IPN y ahorita estamos en paro. Todo eso
podría llevar a sanciones como amonestaciones o la baja temporal o
definitiva", dijo Celestino.
Sobre
la puesta en marcha de la reforma educativa dijo que "está plasmada en el
reglamento interno, en que se habla de la evaluación al desempeño académico,
que es opaca, porque no se explica cómo se realizará ni cómo se utilizarán los
resultados". Además, señaló que se han precarizado las condiciones
laborales de los docentes, pues, "así cuenten con doctorado, a los
profesores se les da la basificación por cinco, seis, siete horas de clases, y
se pueden quedar así por años".
También
consideró que se ha avanzado en el uso de recursos públicos del IPN por parte
de la iniciativa privada. "Esto se ve en el Canal Once, pues en el
reglamento de 1998 decía que no tiene fines de lucro (artículo 220), pero en la
reforma ese candado se quitó".
También
está el asunto de la integración social del IPN (artículos 33 a 35 de la
reforma), “que en realidad se debería llamar integración empresarial. En esta
vinculación aparecen las unidades de apoyo y los clusters, que implican que las
empresas pueden hacer uso directo de los recursos e infraestructura del IPN”.
Por
último señaló que con la reforma al reglamento interno los directores del IPN,
desde el director general hasta los encargados de los clusters o unidades
académicas, ya no tienen que ser egresados del Politécnico.
Para
Celestino el movimiento de los estudiantes tiene muy clara la defensa del
proyecto fundacional del instituto. Pero cree que se está acercando a una
encrucijada, porque las posibilidades son que llegue un nuevo director general
que pare esta reforma al reglamento, pero que siga avanzado paulatinamente en
la implementación del proyecto neoliberal, o alcanzar la autonomía.
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